lunes, 1 de noviembre de 2010

El cristo del boticario

.Este fue el suceso ocurrido a mi abuelo don Ramón en el 1950,boticario del pueblo,en la farmacia heredada de su padre.Tenía una curiosa manera los domingos,tras despachar las medicina prescritas por el Seguro de Enfermedad y ofrecer un servicio santero al pueblo,con la ayuda de Nuestro Doloroso Jesús "El Manquito",un crucifijo superviviente del asalto y quema de la iglesia del pueblo,en los días que siguieron al 18 de Julio de 1936, por parte de anarquistas de las FAI.

Todos los domingos, tras la misa de doce, las ancianas del pueblo al salir de la iglesia, solían acudir presurosas a la farmacia de don Ramón.Sólo las que habían sido despachadas durante la semana por alguna receta.Accedían a una suerte de rebotica/capilla, y de rodillas le pedían a "El Manquito" para ver si obraba en consecuencia. La mala calidad de los medicamentos del Seguro le obligaban al cristo,primero a escucharlas desesperadas,luego,quizás a conceder la gracia a la persona que se lo rogara. Ahora estos milagros se conocen como : sugestiones. La encargada de aquel menester era mi abuela,doña Gabriela.

A los ojos de un forastero.El contemplar la escena le llamaría la atención: Una patulea de viejas enlutadas,que al salir de misa protagonizaban,una alocada carrera,desde la iglesia a la puerta de la botica. Al extraño le haría preguntarse; ¿un pajar en llamas?,¿una comadreja degollando gallinas?,¿una pareja de amantes clandestinos,sorprendidos en plena faena?,etc.Don Ramón se preocupaba,porque la población estuviera debidamente asistida y protegida de los peligros progresistas de la Internacional Judeo Masónica,la gran preocupación del Invicto Caudillo.La fidelidad política de mi abuelo a Franco,la mostraba orgulloso,con una lápida de mármol blanco grabada en el dintel de la puerta de su establecimiento,con esta inscripción:

"Francisco Franco Bahamonde.Primer Vencedor del Comunismo,en los Campos de Batalla"

Mi abuelo siendo joven,fue tocado por Dios. Estuvo cuatro años cursando "latines" en un seminario.Iba para el sacerdocio,pero lo suyo no sería el vestir por la cabeza una sotana, porque dejó el seminario.Continuó con la tradición familiar de hacer la carrera de Farmacia,sin dejar a un lado su entrega a la fe. Apenas cambiada la titularidad de la farmacia en el colegio profesional,al día siguiente,ya estaba mi abuelo muy de mañana, aporreando la puerta de la casa del cura,que le vendiera o regalara aquel cristo,manco de un brazo, y olvidado en el trastero de la sacristía.Lo restauró,lo pintó y puso colgado en la rebotica. A la recompuesta figura,se le dió un nuevo trabajo: de convencer vía divina, de la efectividad de las medicinas que vendía mi abuelo. De esta manera, luchaban los dos contra la adversidad de tener mala salud, los habitantes del pueblo.

A las ancianas del pueblo,les encantaba echar su rato rezando a su santo predilecto. Un domingo,se encontraron éstas, que estaba primero en la cola,para pasar a la rebotica Julio,el hijo menor del "Conejero" ,a valerse de aquel servicio. La presencia del mozo provocó un tenso ambiente: su padre,fue uno de los adeptos de Buenaventura Durruti que profanaron la iglesia.De no ser porque su madre Leocadia,que trabajó de doméstica en casa del jefe provincial de Falange,hasta que se casó,porque si nó el revolucionario hubiera llevado años fertilizando las malvas de la tapia del cementerio del pueblo,o los cardos borriqueros de una cuneta.

Pio Baroja,escribió en su día: " El hombre nace con dos alternativas respecto al azar; la torcida y la derecha". Julio, por ahora, las tenía equilibradas las dos.Don Ramón,ese domingo amaneció acatarrado, y se quedó en cama. De encontrarse bien, mi abuelo no le hubiera prohibido la entrada; le hubiera mostrado una inquietante expresión de fiero pit-bull, y el hijo del anarquista no hubiera accedido a su rebotica milagrera.

Pero poco tiempo anduvo ante "El Manquito".No se postró ante él como era obligatorio; de la rebotica salía el potente grito de mi abuela doña Gabriela, y acto seguido dos dramáticos ¡hay,hay¡, el hijo del "Conejero",salía tambaleándose de allí, manando sangre de la cabeza,como un toro de lidia en el tercio de varas.

Don Ramón bajó en ropa interior alarmado,muy nervioso. A voces preguntaba qué había pasado. Doña Gabriela sentada en su butaca,con la cabeza echada para atrás,los ojos vueltos. Con ambas manos tenía asido el pesado recogedor de hierro,de las cenizas del hogar.

Al cuarto de hora, la guardia civil, "los miguelicos".

-¡Buenoh dia tengamos tos,¿se pué sabé,qué coño ha pasao aquí?,nos han avisao,que de la botica ha salío uno,con la camisa liá en la cabeza, y dicen que va echando los sesos por los oidos.

Mi abuelo,con aquel informal atuendo,se dirigió al que era el de más graduación.- Hágame usted un favor,déjeme su mosquetón de reglamento,que el peine de seis balas,se lo meto al hijo menor del "Conejero".

-¡Aquí naide¡.-le responde el cabo de la Benemérita.-se va a liá a tiroh, ni a bofetáh.¡Jacinto,vete echando echando a la calle esas agüelas¡.¡Que se vayan pa su casa, a fregar loh plato y barré el corrá¡.

Fuero necesarias dos tazas de valeriana y boldo,para resucitar a doña Gabriela,le dejaron los labios escaldados, lo primero que hizo cuando se hizo cargo de la situación,con la presencia de la autoridad allí ,fue ajustarse sus gafas redondas en el caballete de su nariz, dejando en el suelo el badil de las cenizas.Se dirigió al guardia de más mando,por el zafio carácter que mostraba:-¡Ni se le ocurra,delante de nuestro Jesús "El Manquito",decir una palabrota,o una irreverencia¡.

-¡Por mih cohoneh, que a mi dinguna muhé me manda¡,lo que tiene que hacé es contá toa la verdá,¿cuantos gorpeh le ha pegao con "eso" a la víctima?.

-¿Yo?.- con un cierto desdén.-¡Los justos y necesarios¡, ¡ni uno más,ni uno menos¡

-Pero...-El cabo sorprendido por aquella lacónica respuesta-¿No pensó,que lo podía habé dejao má tieso que un ajo?, ¡joéee¡

- Eso a mi, me importa un caraj....¡ Doña Gabriela virilmente a la altura de su interrogador.- Ese rojo no entrará otra vez a pedirle a mi santico:"Oyee,a ver si veo, lo bueno que eres, y al salir a la calle,me encuentro un billete de mil pesetas,que tengo ganas de.....

-¡Ganas de qué¡,.-¿de unos apargates nuevoh, pa la romería?.

-¡De gastarse mañana el billete, en esa casa de malas mujeres¡.
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La Guardia de Jaén


Municipio a once km de la capital, Jaén situado en las lindes de Sierra Mágina. Está sobre el cerrete, de San Cristobal desde donde se puede gozar de una excelente vista panorámica teniendo como fondo el río Guadalbullón.
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Datado en el siglo VII de nuestra era.

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Son numerosos los testimonios de la presencia romana en La Guardia, en virtud del excelente trabajo que hace Martín Jimenez Cobo, en su trabajo de Inscripciones Romanas en Mentesa Bastia

Fue conqistada en el año 1224 por el rey Fernando III el Santo, antes del asedio y la toma de la plaza fuerte de Jaén.

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El nombre obedece a la privilegiada situación geográfica, de donde toma el nombre: de Guarda y Defensa.

En esta última època fue donde se potenció la actividad constructiva con la renovación de todo su conjunto medieval. El castillo árabe fue el la sede de los marqueses, al tiempo que el arquitecto Andrés de Vandelvira trabajaba en la iglesia del Convento de los Dominicos.

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La fortaleza, se alza sobre los restos de un oppidun íbero. Dispone de un plaza de traza rectangular y la parte más alta está presidida por el alcázar que está protegido por cuantro torres en las esquinas

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La torre del homenaje posee dos plantas cubiertas por bóvedas góticas. Una planta del mismo estilo da acceso al interior de la fortaleza, a lado de los restos de la Iglesia de Santa María

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DESCRIPCIÓN HERÁLDICA DEL ESCUDO Y BANDERA

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El escudo de La Guardia.-
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Ateniéndonos al Manual de Heráldica Española de Eduardo Pardo de Guevara y Valdés, editorial Aldaba 1987, el escudo de La Guardia queda así
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De esmalte azul, castillo de oro, flanqueado de llaves de oro a diestro y siniestro.










El Centinela

El Centinela
Castillo de La Guardia de Jaén